En defensa de la energía nuclear; fuego nuevo que nos iluminará cuando la antorcha petrolera se extinga.
¿Te da miedo las historias que de la energía nuclear han esparcido los ecologistas?, ¿Te han contado muchas cosas en contra de energía nuclear?, pues más vale que el debate nuclear regrese a la escena pública, hace 7 años se ha calculado que la humanidad ya ha tocado el “techo” de explotación petrolera, la extracción del crudo será algo solvente solo los próximos 40 años, y cada día se convierte en un problema económico, político, además de militar, el agotamiento sorpresivo del petróleo literalmente podría convertirse, sin exagerar, en un apocalipsis.
Las energías renovables, son simplemente, y espero que por corto tiempo, inocuas, impotentes ante tal escenario y se les da una importancia inflada y fraudulenta.
La energía nuclear nos recuerda aquella vieja tragedia griega de Esquilo sobre el fuego nuevo que llega al hombre de manos del titán Prometeo, y que el dios Zeus olímpico no quiere que la humanidad lo use porque le dará el poder de derribar gobiernos tiránicos o desarrollar su potencial, y castiga a Prometeo por su osadía, lo condena al encadenamiento perpetuo donde un ave devora su hígado.
Así también el poder nuclear le podría dar independencia económica y progreso técnico que los países pobres necesitan, sacándolos de su situación de meros “consumidores” pasivos de productores de alimentos, manufacturas y energía.
Y al igual que el fuego ¡puede quemar!... no es de asustarse, sabiéndolo usar es plenamente seguro, nuestra vida cotidiana no se puede entender sin el calor del fuego, sin embargo, ahora sé que en medio de este clima de crisis económica internacional, lo que nos va a salvar, no rescatar a los banqueros, sino mediante la construcción de industrias y satisfactores físicos; como infraestructura; bienes de capital, lo (verdaderamente) más peligroso de la energía nuclear es… no utilizarla.
La energía nuclear, la física de partículas, es una ciencia donde en su fundación tuvo una notable participación de mujeres científicas, reafirmándolas ante el mundo como seres creativos y constructores; Las “madres” de esta ciencia que hicieron aportaciones importantes a este conocimiento son: Marguerite Perey, Lisa Meitner, Marie Curie, e Ida Nodack son esas mujeres las que encarnan esa figura prometeica, que han ayudado a traer a la humanidad ese “fuego” que es el poder irresistible y misterioso del átomo.
Ofrendaron todas ellas su vida a una causa trascendental, salvar a la humanidad de un apocalipsis del colapso petrolero, ahora nos tocará a nosotros reconocerlas erigiendo monumentos con las antorchas energéticas nucleares alrededor de todo el mundo.
Contrario a lo que popularmente se piensa sobre la suciedad eterna que deja, la energía nuclear es la energía más limpia posible, (su residuos son confiables, con toda seguridad en alguna de las 500 mil grandes minas agotadas que hay distribuidas por el mundo, algunos otros residuos más son reciclables y se sabe cómo manejarlos con seguridad), además, no emiten ni una sola molécula de CO2 a la atmósfera, -buena noticia ahora que el bióxido de carbono está en el banquillo de los acusados, inculpado de provocar el calentamiento global-.
Me pregunto; ¿Quiénes monopolizan ahora el uso de la energía nuclear?, ¿Si Marie Curie es la figura prominentemente prometeica, quién encarna al moderno Zeus Olimpico que impide que ese “novísimo fuego” llegue a la humanidad?, la respuesta a esas preguntas, aunque interesantes, no le corresponde a este articulo responderlas, por ahora, pero prometemos en hacerlo en una próxima ocasión.